domingo, diciembre 17, 2006

Retrospectiva de una guerra imaginaria

Los años de la Guerra Fría son para mí, lo que las personas de veras viejas llaman “buenos tiempos”. Era una época más simple, o tal vez, mejor dicho más absoluta. El mundo estaba dividido entre dos potencias titánicas que alineaban sus poderes frente a frente en continentes, océanos y cielos, mientras las armas atómicas se producían por miles y cada día podía ser el último para toda la humanidad.

Eran tiempos más extraños, más peligrosos, y en cierta manera más interesantes. Aquellos sentados en las cúpulas del poder eran hombres, como el resto de nosotros; solo que bajo su control estaban los medios para asolar la mitad del planeta en treinta minutos. Noche tras noche, me imagino, soñaban oscuras pesadillas donde el enemigo atacaba primero, convirtiéndolos en cenizas; y durante el día pasaban las horas hablando calmadamente sobre bajas de decenas de millones, destrucción de ciudades e inviernos de mil años.

Alguien lo llamó el “Equilibrio del terror”, por que lo único que mantenía entera a la Tierra era el miedo que cada bando sentía por las bombas del otro. La bomba nuclear se convirtió en el gran Ecualizador de la humanidad, la representación más tangible, más concreta y más inmensa de la Muerte.

Yo pertenezco a la que tal vez sea la última generación de la Guerra Fría, los que aún tenemos vagos recuerdos de ese terror, esa idea constante de siempre estar a treinta minutos de morir. En alguna forma, esas memorias se quedaron empotradas en nuestros subconscientes. Y de alguna manera, nunca nos han dejado olvidar las lecciones del terror.

Nada dura para siempre.

Todo lo que amas va a morir.

Todo lo que eres, terminará.

Y al estar en contacto tan dolorosamente con nuestra mortalidad, aprendimos que el tiempo, al igual que la vida no espera a nadie, y huye de todos. Se llena de momentos vacíos, de huecos en la historia, minutos de silencio y al final solo la pantalla negra; donde los pocos, los preciosos instantes que recordamos brillan, su luz incrementada por la conciencia de nuestra propia fragilidad.

La Guerra Fría era una locura. Era la teoría del caos gobernando la Tierra. El principio de incertidumbre aplicado cada día. Rechazabamos el futuro para darle sentido al presente.

Sabiendo que el precio de la vida es la muerte.

Y que cada instante de ella lo vale.


Por cierto...he vuelto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

jjajaja inche Yorsh, me gusta mucho como escribes :D y no se tienes ese algo k en kada palabra, te kieres enterar de la coma ke sigue :P saludos mi buen y animo sigue escribiendo !! ;)

Big Boss dijo...

ese yorsh!!!! o capitan comunista?:P....weno que shiro que sigas mejorando en la forma de escribir, siempre captando la atencion, sigue asi y que weno que ya volvio tu blog, yo tambien revivire el mio...solo que yo no escribo tan cache...pero igual ahi estara:P

Mixel Adm dijo...

Hea inche yorsh chido ke ya volvio su blog jaja recargado y mejorado...
Y pues si esos tiempos se han ido y los rusos ya no son pieza pa los gringos :(.
Pero en fin eso solo en el medio militar jaja porke en computación los rusos son de los ke mas joden a los gringos.

kamara